Los celtas, según cuentan los romanos, tenían la costumbre de fabricar un enorme muñeco con forma de hombre
Dentro, encerraban a los enemigos capturados en la batalla.
Prendían fuego en el solsticio de invierno y de esta forma rendían sacrificio al sol pretendiendo alejar sus males (representados por sus enemigos).
Era una manera de esperar un año venidero, próspero y fructífero.
El actual muñeco que se quema para fin de año es una huella de esos sacrificios a través del fuego.
No hay comentarios :
Publicar un comentario